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El movimiento revolucionario latino americano 

 

Conversación con la delegación de Colombia
Junio 12 de 1929, 10 horas

Fuente: "Conversación con la delegación de Colombia", 12 junio 1929, RGASPI, F. 503, op. 1, d. 31, pp. 32–44. pdf

Presentes: Delegación Colombia (Prieto, Matallana y Mahecha), Luis, Pierre, Austin, Rossi, Codovilla

Luis: Hemos convocado esta reunión para saber que opinión tienen los compañeros de Colombia sobre la carta de la Internacional Comunista. Nos parece necesario, también, que se nos haga un informe sobre la situación actual del Partido y del movimiento obrero en general. Referente a las cuestiones de organización planteadas en la carta quisiéramos saber cuales son las objeciones que hacen los compañeros, y que en parte ya han manifestado durante la discusión en la Conferencia. Después discutiremos lo referente a los alumnos para la Escuela Leninista, ediciones de folletos, propaganda, etc.

Prieto: Sobre la carta de la I.C. hemos dado ya nuestra opinión al decir que está bien en general, especialmente cuando se refiere a la táctica a seguir frente a la revolución y al análisis política de la situación; pero que está equivocada en algunos detalles debido, quizás, a la carencia de informes.

Mahecha: En lo que respecta al movimiento obrero de Colombia debo decir que los compañeros de Bogotá no tienen una idea exacta de su importancia, especialmente en el sector del Magdalena donde no saben que cantidad de obreros organizados existen. He preguntado a los compañeros del C.C. y resulta que yo sé más que todos. No saben nada sobre el particular, ni entienden tampoco. Se descuida la organización de sindicatos y eso no es debido a la imposibilidad de organizar a los obreros; al contrario, la experiencia ha demostrado que se pueden organizar grandes sindicatos y llevarlos a la lucha; pero hay que ir donde se encuentran los obreros: yo he hecho eso y he obtenido grandes resultados. En el Playón hay 68 haciendas de café organizadas y mucho elemento bueno, que nos puede servir para el caso oportuno. En el Socorro, bajo la dirección de Gustavo Toledo, existe un buen grupo de compañeros y hay también buena organización, publica un periódico que se llama “El Sud”. En Cucuté el hermano de Uribe Márquez, que está por allá, creo habrá organizado algo. En el Magdalena hay unos 400 organizados de “El Banco”. En Barrancas existen sindicatos que dirige Escolástico Álvarez. En San Vicente hay 1.700 labriegos y obreros, se trata de un grupo revolucionario. En la huelga de 1926-27 se reunieron en el departamento de Magdalena 270.000 hombres. La fiscalización del trabajo fue tan grande que no se desembarcó ni el petróleo necesario para el consumo del gobierno. A pesar de declararse el “estado de sitio” y de buscar, por todos los medios de represión, de quebrar la resistencia de los huelguistas, éstos estuvieron firmas y triunfaron. Este es muy buen sector revolucionario. Hubo más tarde una huelga en Barranquillas que dirigimos Castrillón y yo. Barranquillas es uno de los puntos más importantes del movimiento obrero y será una base segura en el caso de revolución. Cuando estalló la huelga bananera nos dirigimos a Barranquilla y estuvieron de acuerdo en ayudarnos todo el personal de buques y los obreros del puerto, que son elementos de espíritu revolucionario y que se pliegan a cualquier movimiento de solidaridad. Y en ese caso Barranquilla estaba lista para entrar en acción. Tal era la situación en el momento en que se desarrollaba la huelga bananera; además de eso se disponía de 84 grupos disciplinados militarmente en toda la región con sus jefes militares, los cuales estaban dispuestos a entrar en acción si la huelga se hubiera desarrollado en insurrección. Entonces, teníamos todas las condiciones necesarias para la insurrección.

Pero Tomás Uribe es muy orgullosos. Se ha dado a sí mismo la creencia de ser el general en jefe del Partido y de la insurrección y metido en su cueva, donde preparaba el movimiento insurreccional conjuntamente con los militares, no vio esa situación. El tenía mucha fé en la insurrección militar, pero me parece que se equivocó al considerar la importancia del aporte que harían los miliares liberales a la revolución. Sin embargo hay que decir que si el golpe de estado de Uribe hubiese triunfado, el pueblo todo lo hubiese apoyado y todos los militantes de Colombia serían socialistas en la actualidad.

Ustedes ya conocen como a causa de nuestra indecisión se desencadenó luego la reacción. Los primeros síntomas de la reacción atemorizada a mucha gente especialmente a los que se creían jefes, mientras que la masa de obreros, acostumbrada a dar la vida sin ningún miramiento, la reacción no la ha acobardado; al contrario, la voluntad de lucha en las masas es más fuerte ahora que antes. En general, se puede decir que la burguesía de Colombia, sufre pasivamente la situación actual; es excesivamente cobarde y al primer conato de revuelta, se esconde, incapaz de oponer una resistencia activa. De manera que actualmente existe un gran fermento revolucionario en el pueblo de Colombia y si nosotros no sabemos aprovecharlo, serán los liberales quiénes lo aprovecharán, erigiéndose en dirigentes únicos de la revolución.

Cubero Niño tiene algunas ideas socialistas y se vengará de la última prisión que sufrió, motivada por su enemistad con el gobierno. El liberalismo y la masonería tienen temor por el triunfo del Partido Socialista Revolucionario. Yo creo sinceramente que Cubero Niño tomará la jefatura del próximo movimiento. Recuerdo a este efecto que Cubero Niño ya estaba de acuerdo con Tomás para que en el momento de la insurrección lanzara l caballería sobre Bogotá, para posesionarse de la ciudad, al mismo tiempo que estallara la insurrección en el resto del país.

En lo respecta a Tomás Uribe, hay que decir que el tiene un concepto militar de la revolución y no conoce las cuestiones sindicales y jamás ha organizado a ningún grupo de obreros o de campesinos. Ha sido antes agricultor y ahora es solamente escritor. Es un fanático sincero que lucha por la causa de la revolución, capaz de aliarse hasta con el diablo, y es bastante jesuita para utilizar el apoyo de los liberales, conquistar el poder y luego enviarlos al infierno. Tenía miedo que el movimiento liberal contra los conservadores se produjera aisladamente y por eso quería aprovechar el movimiento liberal para la revolución socialista.

Como la efervescencia de las masas continúa, y hay mucho descontento entre los obreros, toda acción o todo movimiento contra el gobierno que se realice en Colombia, es achacado inmediatamente a los comunistas. El comunismo es el cuco que asusta a la burguesía colombiana. Los mismos liberales “civilistas”,--fracción desprendida de los otros liberales,--no combaten con toda furia por medio de la prensa. Por ese combate contra nuestras ideas por medio de la prensa creo que han contribuido inconscientemente a hacer penetrar nuestras ideas en la masa porque al combatirnos explican nuestro programa y la gente se declara de acuerdo con lo que nosotros queremos, es decir, la tierra a los campesinos y las fabricas para los obreros, que es justamente lo que no quieren los liberales a pesar de su demagogia.

Codovilla: Desearíamos saber cuál es el estado de la organización obrera y de nuestro Partido después de la derrota de la huelga bananera, y qué medidas habrá que tomar para reorganizarlas.

Mahecha: Debido a la represión después de dictada la “ley heroica”, nos quedan pocos grupos socialistas revolucionarios que funcionan como círculos ilegales. La organización de los sindicatos no está prohibida y se pueden reunir los obreros para discutir las cuestiones obreras, siempre que no se traten cuestiones políticas.

Matallana: Esas reuniones son permitidas siempre que no asistan a ellas ningún miembro del Partido Socialista Revolucionario.

Mahecha: Actualmente hay mucho fermento revolucionario entre la masa trabajadora pero los dirigentes están presos y falta quién dirija con acierto a esas masas. Habrá que tomar una serie de medidas para reemplazar a los que han aprisionados. En lo que respecta a la organización del Partido me parece que es necesario reorganizar el Comité de Bogotá y poner a su frente compañeros que tengan espíritu revolucionario y voluntad de lucha. Hay que tener un solo centro de dirección y suprimir todos los jefes y jefecillos, y hay que dotar al Comité Central de un órgano de publicidad que es un gran vehículo de propaganda. Tengo la experiencia del periódico que yo publicaba en la zona bananera,--y que costeaba de mi peculio,--que fue un arma poderosa para organizar a los obreros.

El órgano central del Partido no debe hacer mucho derroche de palabrerío revolucionario que tienda a asustar a la gente, sino que debe tratar las cuestiones que interesan a las masas obreras y campesinas, si quiere ser eficaz.

Matallana: Me parece que Mahecha es demasiado optimista. Después de la última agitación y el fracaso de nuestro movimiento, además de la prisión de los jefes, creo que ha disminuido el espíritu revolucionario en una gran proporción. En todas partes se nota temor por la revolución. Quiero referirme a lo siguiente: Tomás tenía organizado un correo propio que desapareció con su prisión; por consiguiente que casi todos los compañeros que estaban en relación con él deben haber caído en mano de la policía. Se me informó que a Tomás lo habían condenado a diez años de prisión y esto nos creará como consecuencia, que se pierda bastante el espíritu revolucionario de las masas por mucho tiempo.

Luis: En las últimas agitaciones—según informan los diarios,--¿no se pidió la libertad de Tomás Uribe Márquez?

Austine y Matallana: No.

Matallana: Según mi puno de vista, las posibilidades de una insurrección armada, tal como pensaba Uribe Márquez está muy lejana. Estamos de acuerdo que existe una situación de efervescencia entre las masas. Entonces creo que debemos organizarlas bien, por medio de los sindicatos y del Partido. Los medios financieros de que disponemos son insignificantes y para reorganizar necesitamos que se nos ayude económicamente, que senos entreguen pequeñas imprentas, mimeógrafos, etc. Llegamos hasta el extremo de no tener dinero para imprimir los carnets, por eso no pudimos hacer cotizar a los miembros del Partido y seleccionar a los elementos que debían componerlo.

Prieto: Empezaré por decir que la línea política que establecimos entre Austine y yo, y que resistía Tomás, fue la de separar el movimiento sindical del político. Cuando yo llegué al país, había confusión entre el trabajo político y el sindical: se los confundía. El Partido tenía y tiene grandes defectos en su ideología política y en su forma de organización como ya lo hemos dicho en el Congreso, y que algunos compañeros atribuyen esos defectos a nosotros, los de Bogotá. Esa confusión entre el trabajo político y el sindical la quisimos desterrar pero en los dos Congresos que se realizaron no fue imposible llegar hasta el final por haber sido apresados algunos compañeros primero, y segundo, por la oposición “panchista”. Todos se ocuparon exclusivamente del golpe revolucionario y se descuidaba la organización. Hay que organizar las células. No se le da importancia al grupo de intelectuales de Bogotá y sin embargo, creo que hay que utilizarlo para orientar teóricamente a la masa de afiliados que tanto necesita capacitarse, puesto que el nivel político e ideológico es extremadamente bajo.

Hay tres capas de obreros: obreros del transporte, obreros de las empresas imperialistas, y campesinos. Los dos primeros, se encuentran en las orillas del Magdalena y del Cauca, hacía allí hay que encaminar nuestros pasos para penetrar nuestra propaganda entre esta masa tan considerable. Por eso creo que debe desplazarse el centro de actividad y del dirección del Partido desde Bogotá a esas regiones. En Bogotá no tenemos masas de obreros y las organizaciones obreras que existen son pequeñas y están penetradas por los intelectuales.

Codovilla: Me parece que la dirección del Partido debe estar en las zonas donde hay más concentración proletaria, tales como Cali y Girardot. A pesar de todos los errores que se achacan a los obreros de esa región me parece que tienen una concepción proletaria y voluntad de lucha.

Prieto: Yo propongo lo siguiente: 1) Separar la actividad sindical de la política propiamente dicha; 2) Encaminar nuestra agitación y propaganda hacia los obreros del transporte y de las empresas imperialistas. A los intelectuales, se los puede aprovechar para: 1) creación de la Liga Anti-Imperialistas; 2) Socorro Rojo Internacional; y 3) Juventud Comunistas. Sobre esta última, la Juventud Comunista, cuando llegué a Bogotá convoqué una reunión de estudiantes que se encargaría de la creación de ese organismo y que constituiría un grupo de esta misma Juventud en los pueblos del interior, cuando se fueran de Bogotá aprovechando las vacaciones. Quizás se considere errado el procedimiento pero era lo único que se me ocurrió. Cuando llegó el compañero Austine, volvimos a convocar a ese Grupo pero como estábamos en plana reacción, no se pudo llegar a nada concreto esta segunda vez. Sin embargo, yo creo que es necesario aprovechar a esa gente para crear nuestras organizaciones extra Partido.

Matallana: Yo creo que esos elementos no se les debe cabida en la dirección.

Prieto: Yo creo, al contrario del compañero Matallana, en los que se refiere al espíritu de lucha que anima en estos momentos al proletariado y al campesinado del Colombia. Antes de partir de Colombia, tuve una entrevista con un grupo de compañeros quiénes me informaron que estallaría la insurrección dentro de quince días a partir de esa fecha.

Matallana: Creo que ese golpe tenía por objeto darle la libertad a Tómas.

Prieto: Dimos orden que no se fuera a la huelga revolucionara para el caso de Cundinamarca; creíamos que era descabellado llevarla a cabo en ese sentido. Era hacer que nuestro movimiento abortara a mitad de camino, por la intervención del imperialismo yanqui, o que triunfaran los liberales. Esas fueron nuestras razones. Cuando decimos organizar a las masas, no queremos dignificar que deseamos aplazar indefinidamente el golpe revolucionario, la insurrección; sino que creemos imposible cualquier movimiento revolucionario sin antes poseer una buena organización o, cuando menos, mediana. Si hubiese existido buena organización en aquellos momentos, hubiéramos dado la orden de la insurrección. Comprendo que los compañeros pueden decir que es posible organizar durante la gestación del movimiento revolucionario, o mejor dicho, en la misma revolución; pero para el caso de Colombia, me parece que esta teoría es equivocada.

Mahecha: Entre las masas que marchan bajo nuestra influencia, hay espíritu revolucionario latente y organización militar.

Prieto: Yo no me refiero solamente a la organización militar.

Matallana: Me parece que si la revolución hubiese triunfado, no tendríamos más que jefes liberales al frente de todos o de la mayor parte de los municipios de Colombia.

Mahecha: ¡Es que los compañeros delegados Matallana y Prieto están impregnados de metafísica barata y en el fondo no comprenden la situación revolucionaria de Colombia!

Prieto: Se ha descuidado igualmente la cuestión de las reivindicaciones inmediatas. Los compañeros dicen que esas reivindicaciones no son necesarias desde que se preparan para la revolución.

Mahecha: ¡Sin las reivindicaciones inmediatas, no se puede hacer nada, compañero; y quiénes están en contacto con las masas saben perfectamente eso!

Prieto: Yo creo, compañeros, que debemos salir de aquí con una norma bien firme referente a la política que deberemos seguir para nuestro trabajo en Colombia. El Partido tiene que entrar en la vía electoral. A pesar de las muchas explicaciones que dimos respecto de nuestro punto de vista sobre la necesidad de concurrir a las elecciones, y no por fines personales puesto que nosotros no éramos candidatos, sin embargo, el cámarada Torres Giraldo se fue a la casa de Tomás Uribe y escribieron los dos a todo el país diciendo que yo había decidido elegirme diputado o senador. Se explicó todo perfectamente en el Congreso y los compañeros no llegaron a comprender la necesidad del trabajo electoral como forma de agitación y propaganda.

Sobre otras cuestiones: creo que la cotización es necesario establecerla para nuestra organización. Ya hemos dicho, con respecto a los medios de propaganda, que no tenemos fondos para eso y esperamos que la I.C. nos ayudará económicamente. La situación actual de los sindicatos es semilegal; pero nuestro Partido está colocado francamente en la ilegalidad y para actuar públicamente tendremos que constituir el Bloque de Obreros y Campesinos.

Matallana: Se ha tratado la cuestión electoral y quiero hacer alguna aclaración al respecto. El Partido siempre declaró la abstención como una forma de lucha contra los conservadores y liberales, aprovechando la repugnancia que los trabajadores sienten por todo lo que sea parlamento. Les decíamos a las masas que todos los impuestos, que todas las cargas del presupuesto, se reflejaban sobre la situación de miseria de la clase trabajadora. Y que esas cargas venían desde el parlamento. Ha sido toda una propaganda intensa, tendiente a separar o a alejar al proletariado de las urnas, como ha sucedido. En Bogotá había, antes de nuestra propaganda en este sentido, 16.000 votantes; ahora hay solamente 3.000. Era una propaganda que atraía simpatías para nuestro Partido, ya que les decíamos a los trabajadores que solamente debían ir a las urnas cuando se presentaran candidaturas de obreros o campesinos, coas que no pudimos hacer porque nuestro Partido no tiene derechos electorales reconocidos.

Prieto: Decía en aquel entonces, que como para las épocas electorales se congregan grandes masas, es necesario aprovecharlas para nuestra agitación. Si se no niega ese derecho de elegir o de presentar candidatos, mejor todavía, puesto que sería motivo para una más intensa agitación.

Luis: ¿La ley no reconoce más a dos Partidos: el liberal y el conservador?

Matallana: Sí. Quiero aclarar que las masas están alejadas de las urnas y que no tenemos otras elecciones que las municipales que se efectuarán en octubre próximo. Si predicamos ahora la concurrencia a las elecciones, recogeremos como fruto el repudio del pueblo a nuestra nueva táctica.

Mahecha: Yo creo que la concurrencia a las elecciones es una estupidez, porque aunque tengamos un millón de votos, no podremos conquistar el poder.

Pierre y Codovilla: ¡Jamás se podrá conquistar el poder por medio de las elecciones, compañero!

Matallan: Yo creo que en lugar de hablar de elecciones al proletariado colombiano, hay que hacer más propaganda escrita y organizar los sindicatos.

Luis: Yo quiero referirme a la Carta de la Internacional Comunista. Si existen algunos errores fragmentarios se deben exclusivamente a la carencia de informe, pero yo creo que la parte fundamental, referente a la táctica, es exacta. Sobre la cuestión de organización, sobre las necesidades de ligar el movimiento de la huelga con la lucha revolucionaria, la ruptura con respecto a los liberales, la independencia del Partido con respecto a la pequeña burguesía, son cuestiones que debemos ratificar después de todo lo escuchado sobre la cuestión colombiana. ¿Cuáles son esas prospectivas? La situación es más revolucionaria de lo que lo indica la Carta de la Internacional Comunista. Se notó a través de la huelga bananera que las masas obreras desarrollaron el movimiento hasta llegar a la insurrección, y si esta última no se llevó a término fue debido a que el resto de las masas trabajadoras de Colombia no apoyó a los huelguistas de la zona bananera. Prieto y los compañeros del Comité Central dicen que esa falta de solidaridad fue debida a la instrucción del C.C.C.C. que eran contrarias al desarrollo de la huelga, pero la actitud del C.E. no es muy clara al respecto, porque a pesar de sus declaraciones, se ve que no ha sabido movilizar al proletariado de las otras zonas y prestar solidaridad al movimiento, precitado. Después de los informes de los compañeros, vemos que en la masa trabajadora de Colombia había más voluntad de lucha, más combatividad revolucionaria de la que creíamos. La disgregación del ejercito, la ocupación de los puntos estratégicos de la región bananera por parte de los huelguistas, la lucha armada realizada por los mismos, los preparativos efectuados por los trabajadores de la cuenca del Magdalena, son demostraciones de una situación prerrevolucionaria aguda que nosotros no previmos en toda su magnitud.

Mahecha: En cuanto a la Carta de la International Comunista, la encuentro justa en sus líneas generales, pero equivocada cuando dice, por ejemplo, que en Colombia no existe el Partido S.R. y que su adhesión a la I.C. se debe a sentimentalismo revolucionario más que a una concepción comunista. Eso será para los de Bogotá pero no para nosotros que tenemos experiencia sobre los movimientos revolucionarios de masas y que hemos participado en 72 huelgas. Lo que pasa es que los compañeros extranjeros—y también muchos de nuestros jefes nacionales,--no conocen la psicología de las masas obreras y del campesinado colombio.

Luis: En la Carta se hace una constatación objetiva. Es exacto que hay base en Colombia para un desarrollo del Partido tanto como de la organización sindical, pero también es exacto que la táctica del Partido es errónea. A pesar de las 72 huelgas a que se refiere el compañero Mahecha no se han aprovechado esas huelgas para organizar más y mejor a los trabajadores. Los huelguistas, por ejemplo, de Barranca Bermeja no estaban organizados y no se aprovechó el movimiento espontáneo para formar una fuerte organización sindical.

Mahecha: Hay que tener presente que tradicionalmente, la masa trabajadora de Colombia es revolucionaria. Si el liberalismo la hay levado a más de un movimiento y de allí no se ha organizado, es por tal liberalismo no le interesa lo que a nosotros: la organización de los trabajadores. Los trabajadores colombianos, las masas obreras y campesinas, van tras el elemento más simpático que se les presente; van tras el caudillo. Salvo los curas católicos que han organizado algo, los restantes elementos que han intervenido de cerca con el proletariado, no se han tomado el trabajo de organizar nada. Las huelgas han atraído influencia hacia nuestro Partido. En Colombia, existen condiciones muy buenas para organizar y para todo trabajo revolucionario y hasta estoy seguro que si vuelvo a Colombia se podrán organizar acciones y sacar de la cárcel a los detenidos por las últimas huelgas de las plantaciones de bananas.

Luis: Esa falta de organización origina el peligro que los liberales se aprovechen de los obreros descontentos y dispuestos a cualquier evento. No hay organización ni en el Partido ni de los sindicatos, y ésta es una cuestión que debe merecer especial importancia por parte de los compañeros.

Mahecha: El pueblo, a pesar de los últimos acontecimientos, no volverá hacia los liberales; ellos no nos podrán quitar las masas que actualmente están bajo nuestra influencia. Esto no quiere decir que no hay que organizar a esas masas. Quiero hacer una declaración: yo nunca he dirigido una huelga, sin antes haber organizado a los trabajadores que intervinieron luego en los movimientos. Hasta los mismos “godos” corren ras nosotros, porque a esa gente les interesa la cuestión de estomago. Es menester organizar, porque sin eso no hacemos nada. Sobre la carta de la I.C. diré solamente otras cosas: por ejemplo, que es exacta su crítica cuando dice que hemos obrado muy pronto, pero la Internacional Comunista olvida el espíritu latino-americano, excesivamente rápido para obrar y hasta anárquicamente, y en esto es bien diferente a las masas obreras de Inglaterra, Francia o Alemania. Porque no conoció esa psicología nuestra, el compañero Austine no pudo hacer mucho y encontró muchos enemigos en su camino. La masa de obreros que está bajo nuestra influencia no en tiende de discursos pulidos ni de frases más o menos bien dichas: entiende cuando se habla y se obra de acuerdo a su propia rusticidad. El jefe proletario en Colombia tendrá que ser un elemento brusco, de piscología áspera para que las masas lo sigan.

Luis: Estamos de acuerdo con eso. A pesar de hablarles sencillamente como ellos entienden, se debe buscar la manera de organizarlos por ese media.

Mahecha: La masa está cansada de discursos. El mismo Torres Giraldo, a pesar de su preparación, no es un elemento bueno, porque tiene la manía de hablar mucho, y hasta llega a pronunciar discursos que duran tres horas. Estamos de acuerdo nosotros por organizar pero queremos saber cómo haremos esto. Nosotros esperamos que Vds. resuelvan el punto de cualquier manera, que nosotros iremos a Colombia y cumpliremos con ese deber.

Luis Repito: la situación revolucionaria se agudiza. Hay lucha entre los imperialismo inglés y yanqui. El mismo informe que nos traen los compañeros referente a los ofrecimientos de los imperialistas para hacer la revolución los liberales, demuestra acabadamente cómo se agudiza esa lucha. La actual penuria económica se agravará todavía más. De manera que esas situaciones las debemos aprovechar para lanzar reivindicaciones inmediatas y consignas de Gobierno obrero y campesino y hacer comprender la masa trabajadora que no se trata solamente del cambio de un gobierno por otro por medio del golpe militar puro y simple, sino es el cambio de régimen. Sería peligroso oponer la organización paciente, metódica de las masas trabajadoras en las organizaciones sindicales y en Partido, a la preparación de la insurrección. La última huelga bananera es rica en enseñanzas que los compañeros deberán aprovechar para fijar la táctica revolucionaria futura. Esa huelga ha demostrado como se puede y se debe organizar a las masas trabajadores, llevarlas a la huelga y cómo la huelga puede desarrollarse en movimiento insurreccional. El fermento revolucionario de las masas no fue aprovechado por el C.C.C.C. que siguió otra vía: alianza con los liberales. Debe plantearse el problema de la insurrección desde otro punto de vista que el sustentado por el C.C.C.C., el cuál, según parece, se oponía a los movimientos huelguísticos de las masas obreras y campesinas, porque iban contra sus planes militares y de alianza con la pequeña burguesía liberal.

Prieto: Quiero explicar porqué fuimos o mejor, porqué impedimos la huelga de los cafeteros de Cundinamarca. Un compañero abogado fue encargado por los cafeteros para la redacción del pliego de condiciones, y ese compañero aprovechó la circunstancia para organizar a las masas porque veía que así desorganizadas no había probabilidad de conseguir el triunfo. Los compañeros cafeteros no querían organizarse pero querían hacer un movimiento insurreccional exigiendo se aceptaran sus peticiones. Nosotros impedimos eso porque se hubiese llevado a cabo una masacre sin ningún resultado. Queremos saber si fue o no justa nuestra táctica.

Luis: La posición de Torres Giraldo de oponerse a la huelga debe ser combatida con energía. Si se consideró la huelga como una táctica mala porque se quería realizar el golpe militar independiente del movimiento de masas, es claro que esa situación aprovecharían inmediatamente los yanquis.

Prieto: He planteado aquella cuestión para llegar a esta conclusión: que nadie crea que yo quiero oponer organización a revolución.

Luis: Yo creo que el compañero Mahecha tiene razón al decir que existe el fermento revolucionario ya que podemos notar por los últimos cablegramas que nos llegan de Colombia, que siguen los movimientos de masas. Ahora bien ¿quién dirige ese movimiento? ¿quién dirige esa lucha? No es el Partido Socialista Revolucionario, cuyos jefes están en la cárcel; y como los jefes están privados de la libertad, no existe organización del Partido; no tenemos células que funcionen. El movimiento está dirigido por los estudiantes y la pequeña burguesía. No se ha previsto el caso de que la dirección del Partido puediese ser encarcelada, y por eso, no se ha tenido una organización ilegal que pueda reemplazar y continuar dirigiendo el Partido y las masas en la lucha.

Mahecha: Y lo peor es que tenemos en Colombia a Erasmo Valencia y Juan de Dios Romero, enemigos nuestros, que aprovecharán cualquier acontecimiento revolucionario para las aventuras de su grupo.

Luis: Esa posibilidad es debida a la falta de organización de la masa. Los obreros se encuentran solos, sin jefes, sin dirección eficaz que los pueda llevar a la lucha y por eso, ante el primero que encuentran, van tras él. Esa situación se puede solucionar solamente con la organización. También podrá tener como consecuencia ese hecho, que los liberales cambien de régimen apoyados en esas masas y entreguen el país al imperialismo yanqui. La condición esencial para todo Partido Comunista es la de tener una buena organización y para el Partido de Colombia, esa tarea es inmediata. En la huelga bananera se tomó preso a los jefes, algunos de los cuáles fueron asesinados; se asesinó a centenares de huelguistas y la masa ha quedado impasible, no porque le falta espíritu de lucha—todos los informes demuestran lo contrario,--sino porque les faltó una dirección capaz de conducirlas al combate.

Mahecha: Nuestro temor es que Juan de Dios Romero y Valencia se pongan al frente de la masa y tomen el poder. En la psicología del obrero Colombiano se nota fundamentalmente mucha volubilidad, muy variable en la forma de pensar y en la simpatía hacia los jefes.

Luis: Ya he manifestado que nuestro Partido debe abandonar la política seguida hasta la fecha con respecto a la “ley heroica”, porque es equivocada. Debemos luchar contra todo empeoramiento de la clase trabajadora. Hay que partir de la base que las reivindicaciones inmediatas que afectan al estómago de la clase obrera, que impulsan a la misma a la lucha y nuestro deber es de desarrollar esos movimientos hacia la insurrección. Mahecha ya ha explicado que en la huelga bananera se partía de las reivindicaciones inmediatas para movilizar a las masas; así se debe seguir haciéndolo en todas las oportunidades. Lucha contra la “ley heroica”, lucha por la conquista de la libertad de nuestros presos; he aquí dos cuestiones, dos tareas que deben merecer gran atención de todos los compañeros del Partido colombiano. Toda acción de masas, de cualquier índole, debe ligarse a la liberación de los jefes huelguistas apresados después del fracaso de la huelga bananera. Amnistía de los compañeros en caso de condena. La masa debe reclamar de la Cámara de Representantes, la libertad de todos los detenidos, pero nunca tomando en consideración el aspecto legal del problema, es decir creyendo que con la ley y con los códigos se conseguirá esa libertad, sino demostrando a las masas que es por su presión que el Gobierno deja en libertad a los detenidos. En este momento por ejemplo,--según informa el cable,--los estudiantes y la pequeña burguesía dirigen grandes manifestaciones de masas contra el Gobierno y la reacción, pero nuestro Partido está ausente. Hay que aprovechar esas manifestaciones de masas para exigir la libertad de los detenidos políticos. En relación con esos movimientos de masas hay que organizar grupos decididos de acción que tomen las prisiones violentamente y pongan en libertad a los presos. De esta forma, se destruye la influencia del Estado burgués, se puede romper su presión que actualmente ejerce contra nuestro Partido y demostrar a las masas su verdadera potencialidad. Este asunto de la libertad de los presos es un problema de capital, de vital importancia.

Austine: En la intervención reciente del compañero Prieto he notado una manifestación que he combatido mucho y veo que en la fecha se vuelve a caer en el mismo error. Se decía cuando yo llegué a Colombia, que nuestro Partido estaban en situación de ilegalidad; ahora se repite la misma afirmación. Yo sostengo, compañeros, que no es así; como lo he sostenido en aquella época. La verdadera situación es de semi-legalidad, pues el Secretario General del Partido puede trasladarse de un punto a otro del territorio, circula por Bogotá libremente sin que lo apresa la policía, y la misma situación se observa en cuanto a los sindicatos. ¿Es ésta una situación de ilegalidad? A mí me pareció y actualmente me sigue pareciendo, que no la podemos comparar bajo ningún punto de vista con la situación que existe en otros países, por ejemplo, para el caso de América Latina, con Chile.

Luis: Yo creo que la misma “ley heroica” es menos represiva que la legislación que existe actualmente en Francia contra nuestro Partido. Creo que la “ley heroica” no es un impedimento para nuestra agitación.

Prieto: No se puede, en Colombia, predicar nuestra teoría ni ninguna otra considerada subversiva. Es verdad que el Secretario puede andar por la calle sin que lo tomen preso, pero el Secretario no es el Partido. Además hay que tener presente que toda persona que se me acerca mientras circulo por la ciudad, o por cualquier parte del territorio, es inmediatamente apresada por sospechoso de ser comunista.

Luis: La situación es como dice el compañero Austine, de semi-legalidad, que la podemos comparar a la que sufre nuestro Partido en el Brasil. En este país hay la posibilidad de hablar en los sindicatos y cuando hay miles de obreros que pueden defender a nuestro Partido, la policía no interviene por temor.

Mahecha: Quiero hacer una aclaración con respecto a la ilegalidad. ¿Se puede decir que había perfecta ilegalidad cuando los compañeros discutían las cuestiones del Partido en un café de Bogotá, como ha ocurrido?

Prieto: Es exacta la manifestación del compañero Mahecha, pero hay que tener presente lo siguiente: si nos reuníamos en otra parte, nos ponían preso. En un café se despistaba a la burguesía que nos andaba buscando por intermedio de la policía.

Luis: Si ese método de reunirse en un café era mejor para evitar el encarcelamiento, se lo puede practicar. Todos los métodos son buenos; la cuestión es despistar a la policía y al Gobierno. Pero eso no demuestra que se vive en plena ilegalidad.

Mahecha: Quiero hacer notar que rigiendo la última ley policial que tampoco permitía las reuniones de varios compañeros, y más si éstos eran sospechosos como los comunistas, yo me ha reunido varias veces con grupo de camaradas para tratar las cuestiones del Partido y del movimiento de la huelga, sin que se nos llevara presos.

Prieto: El Congreso último del Partido se reunió sin que la policía diera con el local, y había en ese Congreso, delegados de todas las regiones del país, pero eso no significa que vivamos en un período de semi-ilegalidad como creen los compañeros.

Luis: Por las manifestaciones de los compañeros se ve que hay posibilidades de trabajar con eficacia de parte de nuestro Partido, para organizar el movimiento revolucionario. Quiero hacer algunas consideraciones con respecto a la dirección del Partido. En primer lugar, la actual dualidad de poder es mala y la debemos corregir, suprimiéndola. Al lado de la dirección única, se debe establecer una Comisión o Comité Militar para que se encargue de las cuestiones técnicas de la insurrección, pero siempre marchando bajo la dirección del Comité Central. Hay que tener una sola dirección, sea C.C.C.C. o C.E, pero la cuestión es que sea una sola, un solo organismo director. No debe existir una dirección que trae exclusivamente las cuestiones militares, es decir, una dirección militar; para eso debe crearse el Comité Militar, pero la dirección del Partido debe ser una dirección política y no militar.

Yo creo como el compañero Prieto, que habrá que trasladar la dirección del Partido a la región del país donde hayan masas obreras y salir de ese círculo de intelectuales que es Bogotá. Que lo intelectuales ayuden al Partido desde los organismos auxiliares: Liga Anti-Imperialista, Socorro Rojo, etc., etc. La base y la dirección del Partido debe ser proletaria para evitar desviaciones de toda índole y para que la disciplina sea de hierro.

Quiero referirme también, a la cuestión de la agitación que se puede hacer con respecto a la América Latina, esta cuestión de la acción electoral es delicada, porque se presta a más de una desviación de nuestra táctica. Los intelectuales son los primeros en aprovechar estas desviaciones. El caso del Ecuador es interesante y enseña mucho pues hemos tenido siete diputados y todos éllos se pasaron al enemigo en los momentos más apremiantes. En este periodo de fermento revolucionario como es que observamos en América Latina, igual que en Europa al estallido de la Revolución de Octubre, muchos estudiantes e intelectuales se adhieran a las filas revolucionarias, pero para el caso de Europa hemos visto que muchos defeccionaron a mitad de camino o en los momentos más difíciles de la lucha. Para Colombia, tenemos el caso de Arce, que desapareció de la actividad, cuando se promulgó la “ley heroica”. En Colombia hay peligros en esas desviaciones, pero como el Gobierno no permite que vayan nuestros representantes a los cuerpos colegidos, es él mismo el que nos dá garantías para que esas desviaciones no se cumplan. La renuncia de la banca por anticipado, no es suficiente garantía como todos los compañeros saben. Me parece que deben hacerse demostraciones de masas aprovechando el período electoral, pidiendo la libertad de los detenidos, para ver qué grado de presión ejercemos sobre el Gobierno por medio de esas demostraciones y cuenta influencia tenemos nosotros sobre las masas. La consigna de la abstención es peligrosa. Hay que aprovechar, repito, esa agitación electoral para exigir la libertad de los presos. Nuestra lista electoral debe llevar a la cabeza, como candidatos, a nuestros compañeros presos. Yo creo que no debemos orientar al Partido hacia el terreno electoral exclusivamente pero debemos aprovechar todos esos momentos de efervescencia para pedir nuestros presos, para agitar la consigna de la tierra a los campesinos, del gobierno obrero y campesino, etc. etc.

Mahecha: Estamos de acuerdo en la forma cómo razona el compañero Luis, pero teniendo en cuenta que estamos sobre la vía de la insurrección, que estamos en la verdadera situación prerrevolucionaria, ¿qué debemos hacer?

Luis: Si estalla un movimiento en Bogotá, por ejemplo, hay que extenderlo a todo el país inmediatamente; darle el contenido político a toda huelga o a las agitaciones, pidiendo la libertad de los detenidos y hacer conocer nuestras consignas. Si la huelga u otros movimientos de masas, estallan en Bogotá, hay que organizar un Comité Revolucionario que dirija todo el movimiento. Si el caso llega y a las situaciones son favorables, hay que ir a la insurrección y plantearse el problema de la toma del poder. Ese Comité Revolucionario que he mencionado, debe ponerse frene al poder capitalista y dirigir la vida económica y política, en todos sus sectores. Desde ese momento, hay que proceder con energía, liquidar el poder capitalista, crear los propios órganos del poder, surgidos del seno mismo de las masas con intervención de obreros y campesinos. Pero para eso es necesario tener un Partido que sea comunista tanto por su estructura orgánica como en su ideología política. Actualmente no hay colectivización en el trabajo del Partido. En Colombia se tiene la organización jerárquica del Partido, pero cuando cae preso un jefe, nadie queda para substituirlo. Esta anomalía se resuelve por medio de mayor trabajo colectivo.

Austine: En el Congreso del Partido se tomó una resolución al respecto.

Luis: Esa organización jerárquica del Partido hace que la policía cuando se constituyen los Comités de Huelga o los Comités para la insurrección, tome preso o asesine a los jefes y las posibilidades del éxito quedan destruidas. Hay que formar siempre direcciones colectivas en todas las instancias del Partido. En lo que respecta a la organización militar, allí sí se debe establecer jerárquicas para asegurar el éxito de la insurrección.

Del análisis de la situación colombiana vemos que hay la necesidad impostergable de trabajar intensamente por la organización sindical, que serpa el apoyo de todo el trabajo político y revolucionario del Partido, pero sobre todo hay que nombrar compañeros responsables al frente la dirección y no permitir casos como el de Cuellar,--delegado al Congreso de Montevideo,--que representó a la Confederación Obrera de Colombia como Secretario de la misma, habiéndose nombrado a sí mismo. ¿Cómo es posible que se abandone la dirección sindical al primer aventurero que llega? Y sobre todo, ¿cómo se explica que los compañeros del C.E. hayan dejado acéfala durante meses la dirección de la central obrera ni intervenir en la misma? Es necesario reorganizar el movimiento sindical y creo necesario que tanto el Profintern como la C.S.L.A., deberán mandar delegados a Colombia, para ayudar al Partido en ese trabajo de reorganización. En lo que respecta a la I.C. y al S.S.A., creo justo el pedido de los compañeros de enviar para que ayuden al Partido en esta situación difícil y sobre todo, lo ayuden en la preparación del movimiento insurreccional. Creo también que es necesaria la ayuda financiera del Comintern, para ayudar al Partido en estos momentos difíciles, especialmente para enviar delegados a las diversas regiones, como para la publicación de periódicos, elementos de propaganda, etc. y todo eso propondré a la Internacional Comunista a mi vuelta a Moscú.

Mahecha: Estoy de acuerdo con lo propuesto por el compañero Luis. En lo que a mí respecta, debo decir que los compañeros del Ecuador, dijeron que si yo no podía entrar en Colombia, pasara al Ecuador y que ellos ya han hablado con ustedes. Yo quiero estar cerca de Colombia para intervenir inmediatamente en caso de un movimiento revolucionario.

Luis: La idea de ir al Ecuador es mejor que la de fijar residencia en Panamá.

Mahecha: Yo voy adonde los compañeros digan; quién está acostumbrado a mandar, sabe obedecer.

Luis: ¿Es necesario que el compañero Guillén vuelva a Colombia para que el Partido disponga de más elemento de dirección?

Priesto: Si la Internacional Comunista nos manda dos o tres compañeros representantes, yo creo que el compañero Guillén puede quedarse en Rusia para continuar sus estudios.

Luis: El compañero Guillén estará listo dentro de 8 meses más o menos; apenas termine, sería mandado a Colombia.

Prieto: Otra cuestión que es de lamentar es que ni el MOPR ni la I.C. nos han ayudado en la situación terrible en que quedó nuestro movimiento después de la huelga bananera. Muchos compañeros han quedado en la miseria con sus familias debido al encarcelamiento de los compañeros afiliados que era a la vez los que las mantenían. Yo pediría si fuera posible, enviar a Moscú al hijo de Castrillón que además de ser necesario por tratarse del hijo de un revolucionario, podría servir mucho para la propaganda entre las masas—que quieren mucho a Castrillón,--y demostrar cómo la solidaridad internacional se hace efectiva.

Luis: Si la Internacional Comunista no ha intervenido para ayudar financieramente durante la gestación de nuestros movimientos revolucionarios, ha sido porque se ignoraba esta situación y además porque no teníamos direcciones adonde mandar esa ayuda.

Mahecha: Nos dijeron que la Internacional Comunista mandaría dinero; pero, luego al mandar un telegrama donde lo pedíamos, no se dignó ni contestarnos.

Luis: Recuerdo que recibimos un telegrama que era incomprensible para nosotros puesto que no teníamos la clave que respondiera. Recibimos un solo telegrama cifrado. El compañero Cárdenas cuando salió de Moscú dijo que dejaría un código para los telegramas, pero luego no dejó nada. Los camaradas que están en la escuela no tenían tampoco ninguna clave. En la carta que enviamos, decíamos claramente que no sabíamos que decía ese telegrama.

Prieto: ¿Qué carta? Ya les hemos dicho que no hemos recibido ninguna comunicación de Moscú.

Mahecha: Se habla de ayudarnos con dinero. Yo antes que dinero, preferiría que se nos comprara una imprenta en Alemania y nos la mandaran a Bogotá, para poder publicar un periódico y elementos de propaganda.

Codovilla: Quiero referirme a las relaciones que han existido entre el, Partido de Colombia y nosotros; yo creo que deben ser más estrechas. Hasta la fecha no hemos recibido informes regulares de nuestro Partido, y a eso de debió que en los momentos difíciles porque pasó nuestro Partido, no nos ha sido posible prestarle toda la solidaridad debida. Un mes antes de la huelga bananera, recibimos una carta de los compañeros de Cali, en la que se nos decía que a principios de diciembre—el 10 me parece,--iba a estallar la revolución en Colombia. Al efecto, nos pedían hacer una gran campaña entre las masas trabajadoras de la América Latina para movilizarlas contra una posible intervención yanqui. Se nos escribía sí, escuetamente, sin darnos detalles sobre el carácter de la revolución, por quien era dirigida, etc. A pesar de eso, lanzamos un manifiesto a las masas trabajadoras de A. Latina, explicando la situación especial de Colombia y haciendo entrever la posibilidad de un movimiento revolucionario, para que fuera apoyado. Pero después de esa carta escueta, no recibimos nada. Es claro que con semejantes informaciones es bien difícil orientarse sobre la situación política de un país. Más tarde recibimos comunicaciones de Tomás Uribe Márquez, el que nos escribía a nombre del C.C.C.C., comunicándonos las dificultades del Partido después de la aprobación de la “ley heroica”, hablándonos de la campaña infame que realizaba contra el Partido, el grupo de Juan de Dios Romero, y pidiéndonos lo denunciáramos a las masas, como agentes provocadores. No lo hicimos de inmediato en la espera de conversar con la delegación del Partido, pero creemos que es absolutamente necesario ahora hacer esa declaración contra ese grupo que desarrolla en Colombia, el mismo papel que el “chispismo” en la Argentina.

(Así se resuelve)

Del C.E. la única carta que recibimos fue la que nos comunicaban la salida de los delegados y alguna otra comunicación de orden administrativo, pero ninguna otra información. En cambio, el grupo de Juan de Dios Romero y Erasmo Valencia, mandan diarios, informaciones y últimamente hasta una historia hecha a su paladar del movimiento revolucionario de Colombia, y seguramente esa información la enviarán a toda Sud América. El Partido, entonces, debe enviar sus publicaciones en informaciones periódicas.

Prieto: Trataremos de mantener en adelante, relaciones periódicas con el Secretariado Sud Americano, cuyos consejos nos son útiles para nuestro trabajo. En lo que respecta a la descalificación de Romero y Valencia debe ser pública pero pedimos que la referente a Arce, sea privada. El caso Arce es de expulsión inmediata.

Austine: Hay que tener cuidado con Arce. El peligro radica en que cuando se le termine el dinero que tiene, como es una persona sin oficio, caiga en manos de la policía y denuncie todos los secretos nuestros. Creo, entonces, que no conviene por ahora, hacer conocer su expulsión.

Codovilla: Debemos ser consecuentes. Si le hemos impedido la entrada a nuestro Congreso por considerarlo un elemento pernicioso para el movimiento revolucionario de Colombia, no debemos tomar medidas a medias, sino en forma categórica.

Luis: Para mí, se trata de un elemento irresponsable. Después de salir de Moscú, se radicó en Berlín y estuvo perdiendo innecesariamente el tiempo y hasta llegó a que la Internacional Comunista le abonara los gastos de hotel que dejó en esa ciudad. Mas tarde tuvo miedo de entrar a Colombia. Después de tener esos antecedentes, no nos explicamos cómo un elemento tan irresponsable pueda llegar a ser delegado al Congreso de Montevideo. Aquí, como ya lo hiciera en Europa, se preocupa más de las cuestiones de cabaret que las del movimiento revolucionario. Es un elemento que en estas condiciones pueden fácilmente caer en manos de la policía y servir de informante. Hay que eliminarlo de nuestras filas. El Partido puede tomar esa resolución pero yo no tengo ningún inconveniente en enviarles un documento que pueda firmar el Secretariado y en el cuál consten los malos antecedentes de Arce.

Prieto: En lo referente a Arce, estamos de acuerdo, pero ahora queda la cuestión de Cuellar. Es necesario que se le dedique un párrafo de la misma carta.

Luis: Sobre ese elemento, no somos nosotros quien debe hacer declaraciones puesto que él no ha participado activamente en la vida del Partido.

Prieto: Sería conveniente que lo expulsáramos, para que no pueda formar parte de la Secretaría de la Confederación Obrera Colombiana y para eso necesitamos un pretexto.

Codovilla: El Secretariado no puede hacer declaraciones sobre cuestiones que no conoce. El Partido de Colombia es quién debe tomar las medidas para la expulsión de Cuellar de sus filas.

Luis: El pretexto lo puede encontrar el Partido el cuál podría decir que como el actual Secretario no reúne todas las condiciones que el cargo exige, el Secretariado Político lo separa del puesto.

Codovilla: Quisiera saber en qué forma un elemento irresponsable como Cuellar pudo llegar a Montevideo.

Prieto: Como Secretario “ad hoc” de la Confederación Obrera fue Cuellar quien mantuvo relaciones con Montevideo y quién recibió el dinero para la delegación. Después de mucha discusión, accedió a entregar 250 dólares al Partido, de los 1000 que había recibido. En realidad, Cuellar se nombró a sí mismo delegado a Montevideo. Nosotros no conocíamos la convocatoria de la Conferencia de Buenos Aires y creíamos que Cuellar era la única persona autorizada por Montevideo para preparar la delegación.

Codovilla: Me extraña que el compañero Prieto diga no conocer la convocatoria de la Conferencia de Buenos Aires, pues hay una carta firmada por él mismo, con fecha 23 de enero, en la que nos comunica que el Partido ha nombrado ya sus siete delegados que deberán participar en el Congreso de Montevideo y en la Conferencia de Buenos Aires por ser todos comunistas. ¿Cómo dice, entonces, Prieto que ignoraba debía realizarse un Congreso en Buenos Aires?

Prieto: No recordaba haberle remitido dicha carta. En lo que respecta a Cuellar, es claro que se ha quedado con 850 dólares puesto que él entregó solamente 250 de los 1100 que recibió, dado que 100 se le manaron a Valparaíso.

Codovilla: Esta primera Conferencia, que representa en realidad el primer contacto entre los representantes de los diversos países de A. Latina, hace que podemos descubrir una serie de aventureros, de parásitos del movimiento revolucionario, contra los cuales hay que proceder con energía si se quiere preservar a nuestro Partido de la corrupción que esos elementos llevan a su seno.

Cuellar representa un ejemplo de cómo un aventurero cualquiera puede tomar de asalto una organización sindical importante como es la Central de Colombia y nombrarse a sí mismo Secretario, delegado al exterior, sin que nadie se oponga a estos hechos inadmisibles.

Recién acá los compañeros de Colombia plantean los asuntos Cuellar, Arce, etc., pero no han tenido la energía de plantearlos ante en su respectivo Partido y evitar que esos aventureros se queden con centenares de dólares de la organización revolucionaria, y eso pasa en gran parte, porque no se tiene la costumbre del trabajo colectivo, porque cada uno se erige en “jefe” y hace lo que se le antoja sin el control del Partido. Los compañeros de Colombia durante la discusión, han reclamado mucho de la Internacional Comunista. Es justo. La Internacional se ha acordado un poco tarde del movimiento latino americano, pero si la Internacional Comunista ha abandonado a los compañeros de Colombia, ellos tampoco han realizado esfuerzos para ponerse en contacto con los organismos internacionales.

Nosotros, como ya hemos dicho, no hemos casi recibido comunicaciones de los compañeros de Colombia, a pesar de atravesar ellos por situaciones difíciles. Es más; hasta ahora les hemos remitido a las diversas regiones del país, centenares de ejemplares de cada numero de la Revista. En esos números se ha escrito sobre la situación de Colombia, se han publicado llamados a las masas, sin que la dirección del Partido nos dijera si estaban bien o no, y ni nos acusaban recibo de los mismos. Sin embargo, el Secretariado ha recibido cartas personales de María Cano, de Olabe y otros, los cuales dicen haberse recibido la Revista, agradecían el llamado del Secretariado, etc. Quiere decir, entonces, que la Revista se recibía era bien aceptada. Esa situación debe terminar en lo futuro; nuestras comunicaciones deben ser periódicas. Por otra parte, es preciso que los camaradas nos envíen diarios, periódicos, revistas y libros que puedan ser de interés para el estudio de la situación de Colombia, materiales que nos faltan en este momento. Que no se pretexto la cuestión financiera puesto que nosotros les indemnizaríamos esos gastos. Resumiendo, es preciso que:

1) Los compañeros de Colombia nos informen periódicamente sobre la situación del movimiento revolucionario y del Partido; que colaboren periódicamente en la Revista del Secretariado;

2) Que el compañero Mahecha escriba un folleto sobre las experiencias de la huelga bananera que nosotros publicaríamos y repartiríamos por toda América Latina; como Vds., dicen que no les os posible publicar folletos de propaganda, enviarnos el texto de los mismos que publicaríamos nosotros y se lo remitiríamos;

De nuestra parte nos comprometemos:

1) Telegrafiar a París a nuestra Editorial para que editen 10.000 ejemplares del “A B C del Comunismo” que en gran parte enviaremos a Colombia;

2) Pediremos a Nuestra Editorial de París que haga una edición especial de todos los libros con tapas de libros patrióticos o religiosos, para poderlos hacer entrar legalmente a Colombia.

Esas son, en líneas generales, las cuestiones que teníamos que conversar con los compañeros de Colombia. Como ya se ha manifestado, será preciso hacer una carta complementaria a la enviada por el Comintern precisando más las tareas inmediatas del Partido.

Mahecha: Yo quiero saber adonde voy de Buenos Aires. Que los compañeros resuelvan.

Luis: Si el compañero Mahecha no puede entrar al territorio colombiano, es buena la proposición de los compañeros del Ecuador para fijar residencia en ese territorio, pero deberá hacerlo en la parte de la sierra, la parte montañosa del Norte del Ecuador, por ejemplo, en Tulcán. Creo que nos queda solamente algunas cuestiones de detalle que agregar. Sobre la cuestión de la “Escuela Leninista”, diré que hay una vacante que los compañeros deben llenar, nombrando el C. Central el compañero que deberá partir en octubre próximo. Me parece que debe ser un compañero que no resida en Bogotá. Para la “Universidad de Oriente” hay cuatro vacantes que pueden llenarse con las indicaciones que nos dé el mismo C. Central. Sobre los conocimientos que deben tener los alumnos, el Secretariado les dará esas condiciones. Cuando llegue a Moscú, plantearé inmediatamente la cuestión referente al pedido que nos hace el compañero Mahecha con respecto a la adquisición de una imprenta para ser entregada al Partido colombiano. Yo creo que hemos terminado con todos los asuntos.

(Se levanta la sesión siendo las 16.30 horas.)

(Estampilla: Remitido por el Secretariado Sudamericano de la Internacional Comunista.)


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