NINA PACARI
(9 de octubre, 1961- )
Ecuador: política
Nina Pacari proviene de una infancia marginal en una pequeña comunidad ubicada al norte de los Andes ecuatorianos, hasta convertirse en una renombrada líder del movimiento indígena nacional. Con una fuerte conexión hacia sus raíces nativas, Pacari desarrolló un profundo compromiso por el bienestar de los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador. Ella ha dado voz a los oprimidos y ha realizado logros en la lucha para mejorar las condiciones socioeconómicas de su comunidad. La sólida identidad indígena de Pacari y su fuerte unión con sus raíces culturales le han dado la fuerza y la esperanza necesarias para sobrepasar los obstáculos que ha encontrado.
Pacari nació como María Estela Vega Conejo en una familia aculturizada, viviendo entre mestizos en Cotacachi, una pequeña ciudad al norte de la provincia de Imbabura. Ella era la mayor en una familia de 11 hijos, y sus padres humildes y trabajadores le enseñaron la importancia del esfuerzo por un futuro mejor. Su padre era un artesano quien, a pesar de su temple tranquilo, mostró entusiasmo por los asuntos políticos y financieros. Así, logró mejorar la situación económica de su familia a través de la perseverancia y el trabajo duro. La mamá de Pacari, una mujer agradable, adorable y compresiva, siempre comprometida con sus hijos, demostró el significado de honrar y perseverar en los propios valores culturales, las costumbres y las tradiciones. A través de la influencia de personas como su madre y su abuela, Pacari descubrió la fuerza y la resistencia que sus raíces indígenas podían proveerle.
La niñez de Pacari estuvo llena de trabajo duro y la lucha diaria por lograr un mejor futuro. Como niña indígena que vivía entre mestizos, experimentó el racismo hasta negar su identidad étnica. Otros cortaban su cabello, utilizaban vestimentas occidentales, hablaban castellano, e ingresaban al mundo mestizo. Tempranamente, Pacari experimentó los cambios que la llevarían lejos de sus tradiciones indígenas y la acercarían hacia la cultura dominante. Desde los catorce años, sin embargo, empezó a alejarse en una dirección independiente de la de su hogar y su comunidad. En lugar de casarse y establecerse, y criar una familia, violó las expectativas sociales y dejó su casa para educarse. Sus aspiraciones la llevaron a convertirse en una de las primeras indígenas en Cotacachi que se graduó en educación superior. Había asistido a una escuela secundaria católica, donde se convirtió en la mejor estudiante. Sin embargo, la discriminación racial allí le impidió participar en eventos escolares. A pesar de esto, fue excelente estudiante y se convirtió en la primera mujer indígena del Ecuador en obtener un título universitario en jurisprudencia.
La conciencia política de Pacari despertó mientras estudiaba para su grado en leyes en la Universidad Central en Quito. Se fue involucrando con organizaciones de estudiantes y un trabajo cultural que involucraba valores y tradiciones indígenas. Como parte de este camino, los estudiantes intentaban preservar la lengua quichua que comenzaba a desaparecer, especialmente entre los jóvenes. Entretanto, estos mismos estudiantes advertían que mientras ellos recuperaban su conciencia étnica, aún llevaban nombres españoles. Por esta razón, a los 24 años, María Estela Vega cambió su nombre legalmente por Nina Pacari. Nina es una palabra kichwa que significa fuego, luz, o calor; Pacari es el amanecer. Su nombre significa el amanecer de una nueva conciencia.
Con educación, muchas personas en su posición hubieran dejado el mundo indígena para dedicarse a desarrollar sus propios intereses económicos y culturales; en lugar de esto, ella retornó a su comunidad para defender los derechos de otros indígenas. Pacari experimentó una temprana formación política a partir de su trabajo en la Federación Indígena y Campesina de Imbabura (FICI). Pacari es muy crítica de la larga historia de abusos occidentales, neocoloniales e imperialistas, sobre los pueblos y nacionalidades indígenas. Dice, “por casi cinco siglos hemos sido el sector más explotado de la sociedad” (Pacari, 1984: 116). Las comunidades indígenas han sufrido ataques a sus tierras, culturas, lenguas, religiones y estructuras políticas: “No pudieron destruirnos” concluye Pacari (1984: 114), “porque somos el fruto de una cultura milenaria”.
Luego de trabajar con la FICI, Pacari aprovechó su entrenamiento legal para trabajar con comunidades indígenas en la provincia de Chimborazo, ubicada en la Sierra central. Los apoyó con una variedad de problemas, que incluían derechos laborales y de tierras, así como otras problemáticas sociales. Este trabajo fue constitutivo para ella, y también la llevó hacia un mayor empoderamiento de las masas indígenas en el Ecuador. En este proceso, Pacari desarrolló una más profunda crítica de las sociedades indígenas. Los indígenas no eran “minorías étnicas” sino nacionalidades, con sus propias lenguas, historias, territorios, estructuras socioeconómicas y culturas. Sus luchas demandaban los derechos asociados a dicho estatus. Pacari comenzó a luchar por las reformas legales que reconocerían a las nacionalidades indígenas, el reconocimiento oficial de la lengua kichwa, la democratización del acceso al poder político, y las tierras para los indígenas.
Pacari asumió una presencia nacional en el Ecuador en 1989 a partir de su trabajo como asesora legal de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). La CONAIE había surgido en 1986 como el intento de organizar a todos los pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador en un movimiento pan-indígena dedicado a impulsar reformas sociales, políticas y educativas en beneficio de las comunidades indígenas. La CONAIE irrumpió en la conciencia nacional en junio de 1990, cuando lideró el más grande y poderoso levantamiento por los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas en la historia ecuatoriana; un levantamiento que paralizó el país por una semana.
Durante el levantamiento de 1990, Pacari retornó a Chimborazo para visitar a las comunidades indígenas y animarlas a participar en actividades coordinadas. En gran parte con liderazgo de mujeres, los indígenas bloquearon las carreteras con rocas y troncos de árboles. A partir de estas acciones masivas, los indígenas forzaron al gobierno y las fuerzas militares a retroceder y entrar en diálogo con la CONAIE. En Quito, Pacari formó parte de la comisión legal que inició el diálogo con el gobierno. Desde ese momento en adelante, ella ha permanecido profundamente involucrada con la política indígena en un nivel nacional. Reflexionando luego del levantamiento de 1990, Pacari entendió que fue un punto de quiebre en la organización de los esfuerzos indígenas en Ecuador. Llevó a la reafirmación de la identidad indígena y a la consolidación de las estructuras organizativas. Más importante aún, el levantamiento llevó a los indígenas a la articulación de reclamos judiciales y dirigirlos hacia reformas constitucionales que resultarían en verdadera igualdad para todos los pueblos en el Ecuador.
La tierra ha sido históricamente la principal demanda de los movimientos indígenas en el Ecuador, y Pacari ha luchado largamente por los derechos territoriales de las comunidades indígenas. Como en el resto de América Latina, en los últimos cinco siglos, un pequeño grupo de ricos terratenientes han expropiado casi todas las tierras a los pueblos y nacionalidades indígenas. El resultado ha sido un desbalance extremo en la tenencia de la tierra, que los indígenas han luchado por corregir durante mucho tiempo. Aunque los ricos hacendados han visto la tierra como una mercancía, los pueblos y nacionalidades indígenas, sostiene Pacari (1996: 25), “vemos la tierra como un fundamento esencial para nuestra cultura, nuestra organización política y nuestro desarrollo económico, y para la vida misma”. Sin la tierra, las comunidades indígenas y sus culturas no pueden sobrevivir.
En 1937 la Ley de Comunas defendía el derecho de los indígenas de tener una tierra comunal, pero muchas de sus tierras se encontraban al pie de las laderas en las montañas. Los hacendados controlaban las tierras en los valles fértiles. En 1964 el gobierno ecuatoriano expandió esos derechos con una ley de reforma agraria que otorgó algunos títulos de propiedad en pequeñas parcelas de tierra de las haciendas donde trabajaban. En 1994 el presidente conservador Sixto Durán Ballén, implementó una nueva ley de desarrollo agrario, redactada por los grandes propietarios de tierra. Dicha ley, parte del programa de ajuste estructural del gobierno neoliberal, hubiera eliminado los pequeños logros alcanzados por el movimiento indígena en el curso del siglo veinte.
Pacari jugó un rol de liderazgo en la consulta con los pueblos y nacionalidades indígenas y otros pequeños propietarios sobre esta ley, y redactó una propuesta alternativa a la ley del gobierno, que defendía los intereses de los pueblos y nacionalidades indígenas. En julio de 1994, las organizaciones indígenas respondieron a las reformas de libre mercado que impulsaba el gobierno y la naturaleza antidemocrática de su adaptación, con un levantamiento que paralizó al país durante dos semanas. El levantamiento forzó al gobierno a entrar en negociación con los pueblos indígenas. Pacari volvió a convertirse en una líder clave en estas negociaciones. Aunque era una lucha cuesta arriba contra una mentalidad colonial, supuestos racistas sobre los indígenas y una ya promulgada ley, ella colaboró en forzar la concesión por parte del gobierno de algunas de las demandas del movimiento indígena por un continuo proceso de reforma agraria y defensa de las tierras comunales.
La carrera política de Pacari continuó floreciendo en los años siguientes. En 1997 la Asamblea Nacional la seleccionó como secretaria ejecutiva nacional para el desarrollo de los pueblos y nacionalidades indígenas y afro-ecuatorianos. Participó activamente en el trabajo por el bienestar de ambos pueblos. En el mismo año, fue representante por la provincia de Chimborazo en la Asamblea Nacional Constituyente, la cual redactó una nueva constitución que reconoció la naturaleza pluricultural y multiétnica del estado ecuatoriano. En agosto de 1998, se convirtió en la primera mujer indígena diputada en la Asamblea Nacional del Ecuador. Fue electa vice presidenta de la Asamblea, y a través de esa posición obtuvo una mayor presencia para todos los pueblos indígenas del Ecuador.
Pacari afronta lo que ella denomina una triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena, y por ser abogada mujer en una profesión que tradicionalmente perteneció a los hombres. Pacari nota que el machismo es importado desde Europa, porque la discriminación de género no existe entre las comunidades indígenas. Ella cree que abrazar los valores tradicionales indígenas es un camino hacia la liberación humana. Hoy, Pacari continúa vistiéndose con los trajes tradicionales de su comunidad, y habla en su idioma nativo, el kichwa.
Pacari continúa trabajando activamente con el movimiento indígena ecuatoriano en defender a las comunidades de las devastadoras consecuencias de las reformas económicas neoliberales y de los intentos de los proyectos asimilacionistas por eliminar las identidades étnicas. Ella ha defendido de manera consistente los derechos de autodeterminación de los pueblos y nacionalidades y la preservación de la identidad cultural, los valores y las lenguas. Pacari (1996: 25) ha expresado que la demanda clave del movimiento indígena ecuatoriano es “la construcción de un Estado plurinacional que tolere y aliente la diversidad entre los diferentes grupos en la sociedad”. En la lucha por alcanzar sus metas, Nina Pacari se ha convertido en una pieza clave para el movimiento indígena del Ecuador.
Referencias Bibliográficas
Bulnes, Martha (1990) Hatarishpa ninimi. Me levanto y digo. Testimonio de tres mujeres quichuas, Colección Ecuador/Testimonio, Quito: Editorial El Conejo.
Pacari, Nina. "Las culturas nacionales en el estado multinacional ecuatoriano" Antropología, cuadernos de investigación 3 (Noviembre 1984): 113-22.
------------------ "Los indios y su lucha jurídico-política" Revista ecuatoriana de pensamiento marxista 12 (1989): 41-47.
------------------ "Levantamiento indígena." En Sismo étnico en el Ecuador: Varias perspectivas, editado por José Almeida et al., 169-86. Quito, Ecuador: CEDIME--Ediciones Abya-Yala, 1993.
------------------ "Taking on the Neoliberal Agenda" NACLA Report on the Americas 29, no. 5 (March-April 1996): 23-32.
Marc Becker y Blanca Fernández