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Leonidas Iza

Lugar, fecha

Sr. Ing.
Lucio Gutiérrez
Presidente de la República del Ecuador
Palacio de Carondelet
García Moreno y Chile 1043
Quito, Ecuador

Estimado Presidente Gutiérrez:

Como un académico dedicado al estudio y mejoramiento del Ecuador me dirijo a usted para expresarle mi condena al atentado contra la vida del señor Leonidas Iza, Presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) ocurrido en la noche del domingo, 1 de Febrero, 2004, que dejó a varias personas heridas, una de ellos gravemente. 

Felicito su reprobación enérgica al delito en sus pronunciamientos públicos y aplaudo la reacción rápida del señor comandante de la Policía Nacional de lanzar la investigación policíaca correspondiente.  Sin embargo, debido a la gravedad de los acontecimientos y la amenaza que representan no sólo para los dirigentes y pueblos indígenas sino también para la democracia y bien público ecuatoriano, pienso que es urgente ampliar el marco y los agentes investigativos para reflexionar no sólo sobre lo ocurrido sino también sobre sus orígenes y motivaciones de fondo.  Con esta carta quisiera plantear algunas recomendaciones para esta importante tarea.

En primer lugar quisiera sugerir que usted establezca lo antes posible una comisión investigativa imparcial e independiente—conformada por agentes estatales, académicos y otros miembros de la sociedad civil e internacional—con el mandato de establecer los motivos e implicaciones del crimen más allá que los aspectos policiaco-judiciales.  Está claro que este episodio triste en la historia ecuatoriana representa mucho más que sólo otro lapso en la seguridad de los ciudadanos ecuatorianos.  Su impacto y consecuencias serán imposibles de precisar hasta identificar el motivo del atentado en el marco socio-político-cultural ecuatoriano.  La comunidad académica cuenta con profesionales altamente calificados para colaborar en este proceso. 

A la vez planteo la necesidad de hacer públicas las actividades estatales que precedieron y siguieron el atentado para no dejar ninguna duda sobre la voluntad, capacidad y preocupación del gobierno de velar por el bienestar de todos los ciudadanos y reforzar el carácter pluricultural y multiétnico del país.  De las declaraciones de algunos dirigentes indígenas que afirman haber sido amenazados desde hace algún tiempo surgen algunas preguntas claves–en particular: qué sabían los servicios estatales de seguridad e inteligencia de las supuestas amenazas y qué hicieron al respecto.  Creo que se requieren respuestas directas y francas del gobierno, si quiere mantener la confianza del pueblo y comunidad internacional y asegurar que Ecuador siga siendo un país excepcional donde la gran mayoría de los conflictos sociales son resueltos por el diálogo y la negociación, no por medio de la violencia.  Entiendo la necesidad de manejar las pruebas de este atentado con sumo cuidado y reserva pero esto no requiere tratar el tema de forma hermética; la participación de la sociedad civil e internacional es la mejor forma de asegurar que los resultados de cualquier investigación sean ecuánimes y desinteresados. 

Cuento con su cordura, preocupación por el país y su compromiso de defender los derechos humanos de todos los ciudadanos.

Atentamente,