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Sr. Presidente

12 de febrero del 2001

Sr. Presidente de la República del Ecuador
Dr. Gustavo Noboa Bejerano

Nosotros, miembros de la Sección de Estudios Ecuatorianos de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, académicos en las ciencias sociales y las humanidades de varios países, nos dirigimos a usted para expresarle nuestra profunda preocupación por los hechos ocurridos en el Ecuador durante el último levantamiento indígena. Aunque felicitamos el acuerdo firmado el 7 de febrero que puso fin al levantamiento y el resultante conflicto social, las secuelas de los enfrentamientos que ocurrieron entre la Fuerza Pública y los manifestantes no se van a sanar fácilmente. Y debido a la gravedad de lo que pasó en el país pensamos que es urgente reflexionar sobre lo ocurrido, sus orígenes de fondo y cómo evitar mayores conflictos en el futuro. Con esta carta quisiéramos contribuir a esta importante tarea.

En primer lugar quisiéramos expresar nuestro rechazo a las posiciones extremistas y conflictivas que se generaron de los dos lados del conflicto: el gobierno y algunos sectores de los manifestantes. Esas posiciones amenazaron a la seguridad y bienestar de todos los ciudadanos y residentes del Ecuador. En particular, condenamos enfáticamente la matanza de varios manifestantes en Tena y Latacunga por parte de la Fuerza Pública, a igual que el cercamiento de la Universidad Politécnica Salesiana y la política de confiscar víveres y bienes donados y destinados a los manifestantes ubicados dentro de dicha universidad. Consideramos que estos y otros actos anti-constitucionales, como la detención sin una orden de un juez de los líderes sociales, son inaceptables como medidas para enfrentar estas situaciones.

A la vez rechazamos varios actos atentatorios contra otros ciudadanos, la infraestructura del país y el orden social provocados por parte de los sectores en protesta. Pensamos que estos actos no deberían formar parte de una legitima protesta pacífica. Pero como el primer mandatario, usted es el principal responsable de como se maneja la resolución de una crisis social. Por eso, instamos a que en el futuro su gobierno haga todo lo posible para tratar de resolver conflictos sociales de una manera pacifica y evitando la violencia, siempre respetando los derechos de todos los ecuatorianos, mientras mantenga la libertad de prensa.

La escalamiento de tensiones y violencia que se vio de parte de los dos lados en el conflicto amenazó seriamente a la relativa paz que Ecuador ha experimentado durante los últimos años. Es nuestra opinión que esta escalada se debió principalmente a la decisión inicial de su gobierno de declarar un estado de emergencia y utilizar represión en vez de diálogo para resolver la crisis. Reconocemos que como gobernante usted estaba enfrentando una situación bastante compleja y difícil y que habían sectores e intereses en Ecuador que estaban siendo perjudicados por el paro indígena y popular que demandaron una política de "mano dura". Sin embargo, estamos convencidos que esta táctica, más que calmar la situación la atizó más y casi desembocó en una espiral de violencia general, lo cual hubiera sido terrible para el país y difícil de salir.

De igual forma, pensamos que esta crisis tiene sus orígenes por la manera inconsulta en que su administración decidió e implantó el paquetazo de diciembre. Fue precisamente el hecho de que estas medidas no fueron consultadas con sectores de la sociedad civil y ni siquiera con las principales fuerzas políticas que devino en este último estallido social. Por lo tanto pensamos que es urgente democratizar el estilo de gobernar que rige en el país. Es urgente y necesario buscar mecanismos y estrategias de consulta y concertación con amplios sectores de la sociedad civil y los múltiples organismos que la representan. La imposición y el unilateralismo son anti-democráticos y definitivamente no funcionan en el Ecuador.

Ahora que la tranquilidad social ha vuelto al país consideramos sumamente importante analizar las razones más profundas que estuvieron a raíz de esta crisis, porque pensamos que solo atacando a las razones de fondo se puede lograr evitar otras crisis en el futuro. Pensamos que el actual conflicto social es el resultado de siglos de marginación y opresión de la población indígena, y también de las espantosas brechas en la distribución de la riqueza en el Ecuador. Es urgente combatir la corrupción endémica en el estado y encontrar vías a través de las cuales el estado pueda ayudar a reducir las tremendas desigualdades en la sociedad. El racismo es también parte del problema y sin confrontar estas raíces no se logrará construir soluciones perdurables.

Por eso, pensamos que el momento es oportuno para llamar a un gran diálogo nacional entre sectores de la sociedad civil y la clase política para proponer y discutir tácticas para dar atención a estos problemas más profundos y así evitar otro estallido social en el futuro. Reconocemos y agradecemos al importante trabajo realizado por la comisión mediadora en este último conflicto. Y pensamos que esto podría servir como modelo para la conformación de una comisión mediadora independiente y permanente para dar seguimiento a los acuerdos y profundizar el diálogo en el país. Pero la mediación no reemplaza el dialogo y las obras preventivas. También proponemos que se realice una investigación independiente y a nivel nacional sobre los acontecimientos violentos que ocurrieron en el curso del levantamiento. Pensamos que es imprescindible que se esclarezca exactamente como ocurrieron estos hechos y quienes son los responsables para evitar que se repitan. Esta investigación no debería ser realizado ni por las Fuerzas Armadas ni los partidos políticos establecidos, sino por una comisión independiente. Entre nosotros hay gente capacitada para llevar a cabo este tipo de investigación, y estaríamos gustosos de colaborar en este proceso.

Contamos con su cordura, preocupación para con el país y su buena voluntad.

Firmamos:

1. Charles Beatty, Brown University, EE.UU.
2. Marc Becker, Truman State University, EE.UU.
3. John Cameron, York University, CANADA
4. Jennifer Collins, University of California, San Diego, EE.UU.
5. María Fernanda Espinosa, IUCN The World Conservation Union, SUIZA
6. Jan Flora, Iowa State University, EE.UU.
7. Miguel A. González Leal, Universidad de Barcelona, ESPAÑA
8. Michael Hamerly, Brown University, EE.UU.
9. Regina Harrison, University of Maryland, College Park, EE.UU.
10. Marisa Kellam, University of California, Los Angeles, EE.UU.
11. Amy Lind, Arizona State University, EE.UU.
12. Margaret Ovenden, University of California, San Diego
13. Tom Perreault, Syracuse University, EE.UU.
14. Jason Pribilsky, Syracuse University
15. Dennis Seager, Oklahoma State University, EE.UU.
16. Brian Selmeski, Syracuse University, EE.UU.
17. Melina Selverston, George Washington University, EE.UU.
18. Ximena Sosa-Buchholz, University of Kansas, EE.UU.
19. Ronald Stutzman, Goshen College, EE.UU.
20. Camilla Townsend, Colgate University, EE.UU.
21. Sigrid Vásconez, Quito, ECUADOR
22. Emily Walmsley, University of Manchester, INGLATERRA
23. William F. Waters, George Washington University, EE.UU.
24. Robert Andolina
25. Jodi Bailey, UC Berkeley